miércoles, 28 de enero de 2009

Mi estrella



El dolor se aferra a mis huesos
y trepa como henredadera por mis brazos,
me ata y apresiona
sin dejarme libertad de movimientos.
¡Suéltame por favor!

La noche cae oscura y se cierne sobre mí,
no me deja ver,
no encuentro el camino
porque las calles se vuelven encrucijadas.
¿Tendrá salida?

Si la tiene, siempre y cuando
mi estrella me guíe y me coja de la mano,
te espero, ¿donde estás?
Me pierdo,
me vuelvo a perder,
camino, corro, vuelo, salto
pero no llego a alcanzarte.
Veo como te alejas, extiendo la mano
sin llegar ni siquiera a rozarte.

Eres mi Ariadna, yo tu Teseo,
me encuentro en un laberinto construído por los dos
pero esta vez no tejiste para mí
y el Minotauro me está deborando.
Me diluyo, y mi vida se va
mientras grito:
¡Estoy aquí!, ¡Estoy aquí!
¡Siempre estuve aquí!

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