domingo, 25 de enero de 2009

La mujer de pies descalzos



La señora de los pies descalzos,
observa su vida detrás del cristal:
las gotas de lluvia resbalan sin pausa
las lágrimas corren directas al mar.
¡No llores mujer descalza!
le dijo una voz detrás del cristal,
que esas huellas no son verdaderas
sino que son tumbas de viejos zapatos
donde las almas logran hinvernar.
La mujer solloza a lágrima viva
y los diamantes saben a sal
¡No llores mujer descalza!
le dijo una voz detrás del cristal.
La lluvia cesa en la calle
y la mujer se vuelve a alegrar,
se enfunda sus zapatos viejos
y camina para no sufrir más.
Me enamoré de la mujer descalza
me enamoré de su forma de andar.
¡No llores mujer de pies fríos!
le dije pegado al cristal
y un abrazo sentido y cálido
borró de su rostro las gotas de sal.

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