miércoles, 28 de enero de 2009

Amor eterno



Esta poesía fué una de las primeras que escribí y se la quiero dedicar a mi novia pues esta historia pertenece a los dos aunque yo la creara en verso

Y la noche pasó
y el sol de la mañana me escondió entre tus brazos.
Mi piel rozó tu piel,
mis labios acariciaron tus labios
mientras nuestros pies
jugaban a confundirse.
Tu mano agarró la mía
en un acto de inconsciencia,
mis ojos descasaron en tus ojos
y mi amor te dijo: ¡Te quiero!
Las horas pasaban mientras el calor
de mi cuerpo se empapaba de ti.
Tu eres mi Ariadna,
tu tejiste un hilo que lleva un año
guiándome.
Yo soy tu Teseo,
que no olvidará aquel día
en donde un beso
le costó más
que cien mil Minotauros.
Un banco de la ciudad
se hizo testigo de una noche
en que ardía todo menos hogueras,
ardías tú y ardía yo,
ardían nuestros labios al compás
de dos corazones.
La noche vuelve a caer,
pero esta vez se que te tendré
abrazada
y los dos cuerpos serán uno
latiendo al mismo ritmo,
el ritmo que marcó aquel día.
Nuestros ojos se cerraron
y el dichoso tiempo
hizo nuestro amor,
más eterno todavía.

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