miércoles, 28 de enero de 2009

Cambiar el mundo



Ultimamente ya no escribo,
me limito a ver pasar la vida
y si surge algún que otro problema
doy media vuelta y lo esquivo.
Mi corazón quedó encerrado tras doradas visagras
por vivir todo aquello que he vivido.
Sólo veo la luz al final del túnel
cuando me acompaña Espronceda en el camino.
Si quieres cambiar el mundo
escucha lo que intento decirte amigo mío:
Arde el hielo y el fuego calma mi sed,
sonríe el pesimista y en el juego ya no puedo perder,
habla el mudo,
y los políticos tienen en la boca un nudo.
Guiña un ojo pero no para apuntar mejor,
mientras...
un niño lee cuentos para dormir a sus abuelos.
Después de todo esto,
¿Porqué no ir a buscar en la piscina una sirena?
Aquí me encuentro intentando cambiar el mundo
con la esperanza con que un preso mira al techo.
Quiero calmar el llanto de niños que aún no han nacido,
y enemorarme de alguien que no se apellide olvido.
Lo que he conseguido es que al verme, los relojes agachen la cabeza,
que el viento le quite las arrugas a mis velas.
No daré explicaciones pues ya di demasiadas
y prefiero que se derrita la cera de mis alas.
Mientras...
regreso solo a todos los lugares
y la sal de las olas ya no escuece como antes.
Hermano, la vida va pasando como casi todo
y el mundo no ha cambiado en absoluto,
solo queda mi triste mirada sobre el agua,
y todo esto yo lo recordaba
mientras miraba el trancurrir de un río.

2 comentarios:

Mónica dijo...

No puedo dejar de asentir con cada verso, porque al final, lo que ven tus ojos es muy parecido a lo que ven los mío.

D.Vila dijo...

jajaja será que nuestros ojos ven lo mismo por cuestiones genéticas ya que por nuestras venas corre la misma sangre azul!!! jeejeje.
Un besazo monique, te quiero